LA MUSICA UNA INVITACIÓN A ESCUCHAR,
AL LENGUAJE Y AL APRENDIZAJE
No es verdad que todos los niños amen
la música. Una percepción distorsionada o monótona
del sonido musical puede echar a perder -para toda la vida- el
deleite en algo que debiera ser como dice el Dr. Tomatis, nuestro
derecho de nacimiento.
La terapia musical, que puede ser instrumento
poderoso para la autoexpresión, a menudo presupone que
todos los niños tienen un canal claro de escucha. A muchos
terapistas musicales les sorprende que ni la más sublime
de las sinfonías ni los juegos con canciones más
atractivos, dejen huella alguna en ciertos niños. Lo que
rara vez advertimos es que estos mismos niños a menudo
muestran bajos rendimientos en otras áreas del aprendizaje.
Son malos escuchadores, casi podría decirse incapacitados.
El Método Tomatis es único al considerar las dificultades
en el entrenamiento musical y las dificultades aún mayores
en el aprendizaje como aspectos diversos del mismo problema: escuchar
de manera deficiente. Como se ocupa de cuestiones fisiológicas
y psicológicas fundamentales, el Método ofrece un
respaldo poderoso y práctico a lo que de otra manera hace
con éxito la terapia musical.
Este trabajo fue presentado en el Congreso Mundial
de Terapia Musical en París, en Julio, 1983.
OIR, ESCUCHAR, LENGUAJE Y APRENDIZAJE.
Tomatis señala que oír y escuchar
son dos funciones que implican mecanismos diferentes. Oír
es la percepción pasiva de los sonidos, mientras que escuchar
es un acto voluntario que requiere del deseo de usar el oído
para enfocar los sonidos seleccionados. En otras palabras, escuchar
es la facultad de seleccionar la información de sonidos
que uno desea oír para percibirla de manera clara y ordenada.
La función de escuchar está, por lo tanto íntimamente
relacionada con el lapso de atención, el cuidado y la concentración.
Desempeña un papel predominante en la integración,
comprensión y retención de mensajes de sonidos,
particularmente de los sonidos de lenguaje. Escuchar es de vital
importancia en el proceso de aprendizaje.
El desarrollo del lenguaje en los niños es en sí
un proceso de aprendizaje durante el cual el escuchar tiene un
rol esencial. Mucho antes de que balbucee o exprese sus primeras
palabras, el niño ya ha entrenado su oído para enfocar
los sonidos del idioma de sus padres. Ya ha aprendido a escuchar
las estructuras del lenguaje que le permiten asimilarlas y memorizarlas.
Posteriormente, cuando sienta el deseo de comunicarse, tendrá
que aprender a imitar el idioma. Deberá practicar escuchándose
a sí mismo; repetir sonidos, fonemas y después palabras
para encontrar la manera adecuada de emitirlos y usarlos para
comunicarse. Para el niño. Armar este rompecabezas de sonidos
se vuelve un juego, lo que podemos constatar cuando lo vemos balbucear
y repetir palabras. Este ejercicio, de escucharse a sí
mismo, es el punto de partida para la adquisición del lenguaje
oral.
El lenguaje oral del niño debe estar
bien establecido para cuando comienza con el lenguaje escrito
en la escuela. Si es así, los sonidos del idioma que han
sido integrados de manera adecuada y que pueden ser reproducidos
sin distorsión, pueden ser traducidos con facilidad a su
forma escrita. El niño, entonces, aprende a leer, escribir
y a deletrear sin dificultad.
Ahora veamos el rol de la música en el
desarrollo del escuchar y del lenguaje.
LA MUSICA Y EL ESCUCHAR
La música está compuesta de dos
elementos: el ritmo y la melodía, el oído interno,
que es la parte sensorial del oído, parece haber sido concebido
para la integración de la música. El oído
interno consiste de dos partes: el sistema vestibular y el sistema
coclear. El sistema vestibular controla el equilibrio y los movimientos
corporales. También permite la integración de movimientos
que forman el ritmo de la música. Un ejemplo claro de la
manera en que el cuerpo expresa el ritmo musical es su respuesta
a la música bailable o a las marchas militares. De hecho,
es gracias al sistema vestibular que la música parece tener
impacto sobre el cuerpo. El sistema coclear permite la transformación
de vibraciones acústicas en influjos nerviosos, y, por
lo tanto, permite la percepción de la melodía.
La música es una serie de sonidos altamente
organizados que el oído debe analizar. Por lo tanto, escuchar
música es una manera excelente de que el niño aprenda
a percibir sonidos de manera organizada, o en otras palabras,
a escuchar. El canto tiene el mismo efecto provechoso sobre el
desarrollo del control audio-vocal del niño, o de autoescucha
(habilidad de escucharse a sí mismo al vocalizar)
LA MUSICA Y EL LENGUAJE ORAL
Las principales características de la
música, específicamente el tono, el timbre, la intensidad
y el ritmo, se encuentran en el lenguaje oral. Por esto la música
prepara al oído, la voz y el cuerpo del niño a escuchar,
integrar y emitir sonidos del lenguaje.
Además, la música puede ser considerada como un
lenguaje "pre-lingüístico" ya que tiene
todas las características del lenguaje oral excepto por
el valor semántico. Para poder entender mejor el valor
"pre-lingüístico" de la música, regresemos
al niño que comienza a hablar. Su balbuceo y repetición
de palabras corresponden a las escalas de un músico. Al
repetir las escalas fonéticas, el niño integra auditiva
y verbalmente las estructuras de sonidos de las palabras. Más
tarde, y sólo más tarde, les atribuirá un
significado. Las canciones infantiles son un ejemplo excelente
de cómo el niño aborda el lenguaje. En estas canciones,
el énfasis se pone en el sonido y la construcción
de palabras que deben "sonar" de manera agradable; son
descriptivas fonéticamente y divertidas. La historia que
cuentan es secundaria. En esta etapa, al niño le interesan
más los sonidos de las palabras que su significado.
Como en el caso del balbuceo y de la repetición
de palabras, los versos y los bailes infantiles son considerados
como juegos por los niños. Como se perciben como juegos,
la motivación del niño se estimula hacia escuchar,
aprender y vocalizar. Como resultado, las canciones infantiles
actúan como catalizador en esta transición importante
del mundo no verbal del niño al mundo adulto de la comunicación
verbal. De cierto modo, estas canciones son como juguetes para
el oído y la voz. El valor educativo de dichos "juguetes"
habla por sí mismo. Todos los niños deberían
tener acceso a ellos.
Las canciones y versos infantiles armonizan
los movimientos corporales y funcionen motoras por su efecto en
el sistema vestibular del oído. También aumentan
el nivel de conciencia que el niño tiene de su cuerpo y
ayudan a moldear su imagen corporal. Es útil considerar
al cuerpo como un instrumento que permite que el lenguaje se exprese,
al ayudar al niño a dominar el "instrumento corporal"
con música y canciones, se prepara el camino para el desarrollo
del lenguaje exitoso.
Es interesante hacer notar que se usan más
de 100 músculos del cuerpo al hablar. También debemos
recordar la importancia de las funciones motoras al escribir.
Las canciones con números nos muestran
que puede considerarse a la música como altamente matemática
en estructura. Al contar cantando, el niño aprende los
números de manera divertida. Esto facilita no sólo
la integración de datos y conceptos aritméticos,
sino que también ayuda al conocimiento del tiempo y del
espacio. Cuando trabajamos con un niño que tiene problemas
con sus tablas de multiplicación, sugerimos que las cante
como una serie de canciones con números.
EL NIÑO CON PROBLEMAS DE ESCUCHA
Un niño con problemas de escucha no puede
sacar provecho de la mayor parte de los efectos de la música
descritos con anterioridad. En muchos casos, no le gusta la música,
o bien la ignora. Esto es lógico si sabemos que al escuchar
de manera defectuosa sólo se obtiene una percepción
poco clara, distorsionada o monótona del sonido. El niño
que es incapaz de escuchar está en gran desventaja en el
proceso de desarrollo del lenguaje. Este niño, seguramente,
tendrá problemas para leer, deletrear y quizá también
para la aritmética, y es probable que lo diagnostiquen
como un niño disléxico o con problemas de aprendizaje.
Cante o no fuera de tono, la voz del niño
a menudo suena de manera "desagradable". Es monótona
y disonante cuando habla, como si hablará fuera de tono".
Su sentido del ritmo es precario y en algunas ocasiones inexistente.
Lo mismo es verdad para su conocimiento del tiempo y el espacio.
No gusta de la música clásica y particularmente
de los instrumentos que producen sonidos agudos. Dice que el sonido
de un violín es como el de un serrucho metálico,
le lastima los oídos y lo irrita.
Al aprender a tocar un instrumento, puede presentar
problemas con la coordinación de las manos y los pies.
De la misma manera en la que lee un texto, leerá una partitura,
lenta y confusamente, cometiendo errores al hacerlo.
Al mismo tiempo, le gustaría tocar la
batería y pasa mucho tiempo escuchando música rock
y disco, que a menudo es muy fuerte. "¡Es música
para sordos!" Dirán sus padres. No, es música
para un escuchador deficiente.
EL USO DE LA MUSICA EN EL METODO TOMATIS
El propósito del Método Tomatis es el de mejorar
la capacidad de escuchar y reducir los problemas relacionados
con escuchar y reducir los problemas relacionados con escuchar.
Sólo me ocuparé de la aplicación del Método
con relación a las dificultades en la escuela.
En una palabra, el Método Tomatis es
un programa de entrenamiento auditivo en fases. Cada fase corresponde
a una de las etapas del desarrollo del proceso de aprendizaje.
Se usan normalmente cuatro tipos de información
musical durante el programa de escucha: música de Mozart,
cantos gregorianos, valses y canciones infantiles.
La Música de Mozart
Al observar los efectos de diversos tipos de
música, Tomatis llegó a la conclusión de
que pocos eran los que producen el efecto terapéutico deseado
sobre la función de escuchar. Por ejemplo, la música
de "tipo Chopin" tiene un efecto relajante pero en algunos
casos puede reforzar el acto de soñar despierto y la distracción
que a menudo están presentes en niños con problemas
en la escuela. Otros tipos de música, como la de Paganini,
Wagner o las marchas militares, tienen un efecto vigorizador que
pueden aumentar las tendencias hiperactivas y agresivas así
como la irritabilidad en ciertos niños. Estas también
son características que observamos en niños con
problemas de adaptación en la escuela.
El sonido sumamente rítmico y de baja
frecuencia del rock, disco y otros tipos de música moderna
tienen el mismo efecto que la música de marchas militares
sobre la gente joven. Les atrae porque aumenta el nivel de sensación
corporal pero la calidad del sonido reduce la habilidad del oído
para escuchar.
Las partituras de Mozart parecen lograr el más
perfecto equilibrio entre los efectos relajantes y vigorizadores
del sonido. La mayor parte de la música del programa para
escuchar utiliza música de violín, como en las sinfonías,
divertimentos, serenatas y conciertos de Mozart. Esta música
está modificada por filtros electrónicos que quitan
o suavizan las frecuencias de tonos graves para estimular la zona
de percepción de las armonías altas, una zona de
primordial importancia para la función de escuchar.
La música filtrada de Mozart se utiliza
en todas las etapas del programa. Durante la fase pasiva del programa,
prepara al niño a escuchar y comunicarse. Relaja al niño
y al mismo tiempo lo despierta al mundo de los sonidos. Durante
la fase activa, la música filtrada, se usa para permitir
que el niño se relaje, combinada con el canto, la repetición
de las palabras y los ejercicios de lectura.
Cantos Gregorianos
El canto gregoriano es una técnica musical
con un ritmo compatible con el de la respiración y los
latidos cardiacos de una persona calmada y relajada. En otras
palabras el ritmo del canto gregoriano es comparable al "ritmo"
fisiológico de una persona tranquila.
En el programa, el canto gregoriano se usa para tranquilizar a
niños impulsivos, irritables, tensos o inquietos. Los ejercicios
de canto que usan cantos gregorianos se introducen durante la
fase activa del programa. Estos ejercicios mejoran la calidad
de la voz y así preparan el camino para sesiones activas
en las que el niño repite palabras y lee en voz alta. Enseñar
al niño a emitir un buen sonido con su voz es fundamentalmente
para el desarrollo de un buen control audio-vocal o de autoescucha.
El niño que gusta del sonido de su voz será más
feliz al usarla para hablar.
Las Canciones Infantiles
El rol de las canciones con números,
los versos y otras canciones infantiles son la invitación
al lenguaje como ya lo hemos explicado. Se usa una selección
de estas canciones durante la fase pre-linguísticas del
programa para niños menores de ocho año. Primero
escuchan las canciones, más tarde, cuando así lo
desean, comienzan a cantarlas. Para los niños mayores,
hay ejercicios vocales que usan cantos gregorianos y reemplazan
a los versos infantiles.
CONCLUSION
En resumen, el uso de la música en el Método Tomatis
relaja y vigoriza al niño, estimula su capacidad de escuchar
y, así lo invita a comunicarse y a aprender. Además,
el uso de canciones y cánticos preparan su voz y su cuerpo
para la expresión del lenguaje.
Los efectos de la música seleccionada
que se usa en la situación muy particular del Método
Tomatis son provechosos para niños con problemas específicos
del lenguaje, aprendizaje y comunicación, relacionados
con una capacidad para escuchar débil o deteriorada. Además
también se benefician los adultos que sufren de falta de
energía, fatiga, irritabilidad, dificultad para mantener
la atención y la concentración, que deben manejar
situaciones tensas, dar discursos o hablar ante un grupo, así
como para solucionar otros problemas de comunicación.
EL METODO TOMATIS PARA CANTANTES Y MUSICOS
Cualquiera que este familiarizado con el Método Tomatis
sabrá que no se trata de una mera licencia poética
cuando se afirma que "el corazón es el que oye, o
el amor es el que escucha". El vínculo prenatal con
la madre, la capacidad de relacionarse con el mundo a través
del lenguaje, el deseo de conectarse, todo forma parte del campo
de la escucha en el sentido amplio que Tomatis le ha dado.
En sus 40 años de investigación,
Tomatis siempre tuvo una predilección particular por aplicar
sus hallazgos a la esfera de la música. De hecho, el Método
se originó para tratar a los cantantes. Como especialista
del oído, nariz y garganta, el Dr. Tomatis ha tratado personalmente
a los virtuosos más grandes del mundo, entre otros a María
Callas. Uno de sus libros se intitula L'Orille et la Box (El Oído
y La Voz)
Uno de los descubrimientos más singulares
de Tomatis es la teoría de lo que se conoce como "oído
musical", empíricamente sí existe y tiene una
curva específica ascendente de respuesta. Este es el oído
de la diva, o del monje -siempre y cuando canten correctamente.
Es precisamente el tipo de oído que se necesita para dominar
cualquier instrumento.
Casi igualmente notable es la descripción
que hizo Tomatis de la relación del oído con el
resto del cuerpo. Debido a que está conectado con el nervio
vital neumogástrico (vago), el oído tiene que ver
con casi todo lo que sentimos -desde el cosquilleo en la garganta
o "mariposas" en el estómago -hasta los latidos
del corazón y la respiración.
En la práctica, el Método Tomatis
le da mucha importancia a las "posturas específicas
para escuchar", tanto para recibir como para emitir el sonido.
Es una manera efectiva de lograr un tono mejor.
En este trabajo, originalmente presentado en
1976 al South African Association of Music Teachers, (Asociación
Sudafricana de Maestros de Música), Paul Madaule elabora
sobre la afirmación de Tomatis que "es el oído
el que canta". Desarrolla y le da bases teóricas a
algunos aspectos del Método descritos anteriormente en
el folleto Panorama General del "Método Tomatis".
La investigación del Dr. Alfred A. Tomatis nos muestra
el papel tan importante que desempeña el oído en
el control de la fonación, la imagen corporal y el control
motor. Como parte de su trabajo, el Dr. Tomatis investigó
la influencia que tienen ciertas modificaciones auditivas sobre
la calidad de la voz de los cantantes y sobre la ejecución
instrumental de los músicos.
El virtuoso, el que domina perfectamente su
voz o instrumento musical, sabe cómo controlar con el máximo
de precisión todos los parámetros de la pieza musical
que está ejecutando. Con estos antecedentes, el Dr. Tomatis
demostró que al mejorar las habilidades auditivas del ejecutante,
específicamente su automonitoreo a través del proceso
de escuchar, logra un mayor dominio de su voz o instrumento. De
esta manera, a través del Método Tomatis, los cantantes
y músicos aumentan su capacidad para escuchar y esto conduce
a una mejor ejecución.
Al conocer cómo funciona el oído
como instrumento de control del flujo de sonido, al estar conscientes
de las deficiencias que frecuentemente impiden esta función,
y al utilizar las técnicas desarrolladas por Tomatis, es
posible devolverle al oído su eficacia intrínseca.
El Oído Músical
Este tipo de destreza se debe a lo que Tomatis
describió como "el oído musical." Un oído
musical debe ser capaz de entonarse con todo el espectro de sonidos.
Debe saber cómo percibir y analizar cada una de las partes
del espectro de frecuencias con el máximo de velocidad
y precisión. El rango crítico para la musicalidad
es el de una amplitud de banda localizada entre 500Hz y 4000Hz,
formando una curva de respuesta a la que Tomatis le asignó
características precisas.
Estas funciones del oído que se completan y se traslapa
estrechamente, constituyen el acto de escuchar. El mal funcionamiento
de uno o de varios de estos parámetros provoca una falta
de armonía que se traduce en un deterioro de la audición
y consecuentemente, en una musicalidad deficiente.
Según Tomatis, los problemas de escucha,
que no sean el resultado de alguna lesión orgánica,
generalmente son de origen psicológico. He aquí
su hipótesis. En una etapa muy temprana de la vida del
sujeto, debió ocurrir un rechazo al lenguaje oral. Una
manera de rechazar esta información es la de cerrar el
oído. Este "cierre" sí es posible; se
manifiesta a nivel fisiológico por una relajación
de los músculos del oído medio. Este estado de flacidez,
parecido aun "parpadeo" del oído impide considerablemente
el paso del sonido. Desafortunadamente, es más fácil
para el oído abrirse de nuevo que para el ojo. Si los músculos
del oído medio están inactivos durante demasiado
tiempo, pierden su tonicidad. Los sonidos serán incorrectamente
percibidos y, por lo tanto, incorrectamente analizados. En otras
palabras, se impide el proceso de escucha.
El Oído Electrónico
Para que el oído humano establezca o
recupere toda su potencialidad, Tomatis desarrolló un aparato
llamado Oído Electrónico.
El análisis óptimo de la música
comprende:
El Oído Electrónico pone en marcha a tres mecanismos.
(1) Los Filtros. Están regulados de tal
manera que la información puede ser alterada o modificada
dentro de la amplitud de banda específicas del oído
musical para poder suprimir la distorsión.
(2) La Puerta Electrónica. Para permitir que el oído
se ponga a tono automática y espontáneamente para
escuchar, se estimula al oído medio a través del
paso alternado de sonidos de canal que relaja a los músculos,
a otro canal que tensa o se concentra en ellos. La alternación
de un canal a otro está regulada automáticamente
por una puerta electrónica que se abre y se cierra de acuerdo
a la variación de la señal. La repetición
de esta acción, a través el tiempo, mantendrá
en forma permanente la habilidad del oído de percibir y
analizar el sonido adecuadamente.
(3) El Balance. Para preparar al oído derecho a convertirse
en el oído predominante, la intensidad del sonido transmitido
a través de los audífonos al oído izquierdo,
se reduce progresivamente.
Las Sesiones
Cada sesión con el Oído Electrónico dura
aproximadamente 30 min. La cantidad y la programación de
las sesiones se determinan después de la evaluación
inicial que incluye: prueba de escucha, de dominio lateral, dibujos
de figuras y una entrevista clínica.
Generalmente se recomienda comenzar con un entrenamiento
intensivo. El programa consiste en cuatro o seis sesiones diarias
durante tres semanas. Después de este período intensivo,
se puede continuar con doce sesiones a la semana durante varios
meses, o bien suspenderlas después de seis semanas y volver
a comenzar con otro período de entrenamiento intensivo
de tres semanas.
El Programa
El programa de escucha para cantantes y músicos
comprende dos fases: la de entrenamiento auditivo, (es decir receptivo)
y la de entrenamiento audio-vocal (es decir expresivo.)
Entrenamiento Auditivo
Consiste en escuchar a través del oído
electrónico los sonidos de música o de voz que han
sido tratados o "ajustados" electrónicamente,
atenuando significativamente las frecuencias bajas. Esta "música
filtrada" que posteriormente es modificada por Oído
Electrónico, primeramente abre el diafragma auditivo. Esto
aumenta el poder selectivo del oído, es decir que el sujeto
puede percibir el sonido con menos distorsión y analizarlo
de una manera más precisa en todo su rango de frecuencias:
desde las frecuencias fundamentales hasta las armónicas
más altas. Para un oído que no ha sido entrenado,
la frecuencia fundamental de un sonido generalmente encubre su
espectro armónico y bajo estas condiciones, el cantante
tiene dificultad para controlar el timbre de su voz(la mezcla
de las armónicas más altas) Consecuentemente, permanece
apagada, sin modulación. Lo mismo ocurre con el músico
que, aunque posee una técnica sobresaliente, no puede adaptar
su audición a las armónicas de los sonidos emitidos
por su instrumento y, como resultado, no puede regular la musicalidad
de la melodía.
El escuchar música filtrada a través
del Oído Electrónico entrena a los músculos
del oído medio a acomodarse o ponerse a tono con las armónicas
más altas de cualquier fuente de sonido. Ayuda al cantante
a controlar gradualmente el timbre de su voz y al músico
a controlar y remediar el matiz de los sonidos producidos por
su instrumento.
La Postura de Escucha
No sólo se escucha con el oído
sino con todo el cuerpo, y los buenos escuchadores deben estar
concientes de su postura. El adquirir una postura de escucha correcta
es una de las partes más importantes de la fase de entrenamiento
auditivo del programa. En general, esto significa que la columna
vertebral debe de estar derecha, pero no rígida, con la
cabeza ligeramente colocada hacia delante y los ojos cerrados,
el cuello y la mandíbula relajados y el pecho abierto para
permitir una respiración amplia. Esto puede lograrse sentándose
en un banquillo alto o parándose con la parte inferior
de la espalda recargada contra la pared.
Los sonidos más altos de la música
filtrada que se presentan durante esta parte del programa ayudan
considerablemente a mantener esta postura erecta y a respirar
con amplitud. Las razones por las cuales esto ocurre serán
evidentes al comprender mejor el efecto del sonido sobre el sistema
nervioso.
La Música Filtrada y el Concepto de
Carga Cortical
Tomatis subraya el hecho de que las funciones
del oído humano exceden a las funciones que tradicionalmente
se le han adjudicado. El oído no es únicamente un
"instrumento" para oír y escuchar, ni solamente
un órgano para mantener el equilibrio y la verticalidad.
Él afirma que el oído es principalmente un aparato
destinado a efectuar una carga cortical (es decir, a aumentar
el potencial eléctrico del cerebro) De hecho el sonido
es transformado a flujo nervioso por las células ciliadas
del oído interno. La carga de energía eléctrica
obtenida por el flujo de los impulsos nerviosos llega a la corteza,
que a su vez la distribuye a través de todo el cuerpo con
el propósito de tonificar todo el sistema e impartir un
mayor dinamismo.
Pero no todos los sonidos pueden efectuar este proceso de carga.
Tomatis indica que en la membrana basilar, las células
de Corti están agrupadas más densamente en el área
que responde a las frecuencias altas que en la que responde a
las frecuencias bajas. De esta manera, la cantidad de impulsos
transmitidos a la corteza es mayor y más concentrada en
el caso de sonidos de frecuencias altas que en el caso de frecuencias
más bajas.
Esta es la razón por la cual Tomatis
llama a los sonidos ricos en frecuencias armónicas altas,
sonidos "de carga" o "que cargan". Por esto
los cantantes de opera, por ejemplo, que producen estos sonidos,
son célebres por su vitalidad y dinamismo. En cambio, los
sonidos de frecuencias bajas no sólo no suministran suficiente
energía a la corteza, sino que pueden llegar a agotar al
individuo ya que inducen respuestas motoras que absorben más
energía de la que puede proporcionar el oído. Las
personas que tienden a cansarse o a deprimirse frecuentemente
tienen una voz apagada o inexpresiva con un contenido muy bajo
en frecuencias altas.
Los efectos de esta carga cortical aumentada
por el hecho de escuchar sonidos filtrados se pueden manifestar
de la siguiente manera:
- Una mayor motivación en las actividades
cotidianas.
- Una mayor facilidad y capacidad en el trabajo
- Una menor suceptibilidad a la fatiga
- La conciencia de sentirse dinámico junto con la impresión
de tener más vitalidad.
- Una mejor atención y concentración.
- Una mejor memoria.
- Menos tiempo de sueño.
La Música Filtrada, la Imagen Corporal
y las Funciones Motoras.
Tomatis ha demostrado que las funciones vestibulares
(de balanceo) y cocleares (de codificación de sonidos)
del oído están unidas en un solo sistema. Anatómicamente,
el nervio vestibular está presente en todos los nervios
de la médula y, debido a esto, está conectado directamente
con todos los músculos del cuerpo. La música filtrada,
recibida por el oído, puede, por lo tanto, tener un efecto
sobre la imagen corporal. Esto es de vital importancia para los
músicos. Para los que tocan instrumentos de cuerdas, los
pianistas y los percusionistas, por ejemplo, una mayor conciencia
de su imagen corporal se traduce en un mayor control de los brazos,
muñecas, manos y dedos.
Es bien sabido que el sistema vestibular tiene
una acción de monitoreo del equilibrio. Un mejor control
vestibular aumenta la conciencia temporal-espacial que se requiere
para el sentido del ritmo.
La Música Filtrada y la Relajación
Tomatis le otorga una gran importancia al papel que desempeña
la rama auricular sensorial del nervio neumogástrico, también
llamado vago. A través de sus numerosas ramificaciones,
el vago regula la laringe, la faringe y las víceras, es
decir, los pulmones, el corazón, el estómago, el
hígado, los riñones y el intestino. La rama auricular,
de hecho, se encuentra en la superficie externa del tímpano,
formando así un vínculo entre nuestra vida interna,
neurovegetativa y el mundo exterior.
Existe una relación íntima entre
lo que choca con el tímpano y estados emocionales tales
como el miedo a aparecer en público, o "mariposas
en el estómago", la sensación de "ahogarse"
antes de cantar y somatizaciones como angina pectoral, problemas
gástricos e intestinales, problemas asociados con comer
demasiado, anorexias y así sucesivamente.
El escuchar música filtrada a través
del Oído Electrónico aumenta la tensión de
la membrana timpánica. Tomatis indica que cuando esta membrana
se tensa, se atenúa la amplitud de la vibración
de la rama sensorial auricular, y a su vez, regula el nervio vago.
La regulación efectuada de esta manera produce generalmente
una sensación de bienestar, como una liberación
de una carga pesada cuyo contenido se desconoce. El sujeto se
da cuenta de que se siente más seguro de sí mismo
y más consciente de sus habilidades. La respiración
se expande poco a poco y las contracciones musculares desaparecen.
Si el miedo a parecer en público persiste, se convierte
en algo consciente y ya no tiene el efecto inhibidor anterior.
Entrenamiento Audio-Vocal
Después de algunas sesiones de música
filtrada que pueden variar según las personas, el sujeto
participa en sesiones de entrenamiento audio-vocal.
Para los cantantes como para los músicos
se recomiendan sesiones que consisten en repetir palabras y textos
alternadas con sesiones de canto y de música (filtrada
o sin filtrar) Las palabras y los textos deben ser ricos en contenido
fonético y sílabas fricativas, progresivamente se
filtra su contenido de frecuencias bajas. Esto entrena al oído
a "escuchar" el rango armónico total de la información
sonora.
El tipo de canto que se utiliza para los ejercicios
audivocales es una selección de Cantos gregorianos. Se
ha comprobado que el registro de los Cantos Gregorianos, como
el de muchos otros cantos sacros posee características
muy particulares. Los tonos fundamentales están notablemente
atenuados con respecto al rango de las armónicas que es
muy rico y que, por lo tanto, permite que la voz aproveche sus
posibilidades de modulación para enriquecer su musicalidad.
El canto gregoriano es, hasta cierto punto, una forma de música
naturalmente filtrada. Además su ritmo parece ser una traducción
de los ritmos de los ritmos fisiológicos del ser humano.
Entre otras cosas, estos cantos pueden ayudar al sujeto a controlar
y a "regular" mejor su respiración, lo que es
particularmente importante para los cantantes e instrumentistas.
Durante estos ejercicios se transmite una cinta
que contiene información intercalada con espacios vacíos.
El sujeto que escucha trata de reproducir los sonidos tan precisamente
como le es posible en los espacios vacíos. Su voz recogida
por un micrófono y modificada por el Oído Electrónico
le es instantáneamente retransmitida a través de
los audífonos. Los filtros regulan su voz en todo el espectro
musical y así se obtiene un control de alta calidad y un
análisis más eficiente del sonido. Este proceso
se basa en la primera ley de Tomatis que afirma que "la laringe
emite únicamente las armónicas que el oído
oye". De esta manera, la palabra, el enunciado o la frase
musical será emitida con un mayor control.
La Postura Audio Vocal
El acto de vocalizar, de hablar así como
de cantar, es una de las actividades motoras más importantes
y complejas del ser humano debido a que hay una participación
de todo el cuerpo.
Para saber hablar o cantar, se necesita primeramente
saber escuchar el flujo verbal con el fin de regularlo adecuadamente.
El cantante es el primero en oír los sonidos que emite.
Pero el control de estos sonidos requiere de una postura adecuada
para escuchar, es decir la postura audio-vocal o expresiva. La
cabeza debe estar alineada con la columna vertebral, y es importante
que no se eleve al emitir notas altas.
Antes de emitir un sonido, el sujeto debe inhalar
profundamente. Durante la emisión de voz, el tórax
debe permanecer abierto para darle su máxima amplitud a
los músculos del diafragma.
Los labios deben de proyectarse hacia delante,
para eliminar la tensión de la comisura de la boca, ya
que la tensión de estos músculos inhibe el funcionamiento
de los músculos del oído medio. Esto sucede a través
del vínculo nervioso que existe entre el nervio facial,
al nivel del músculo risorio que retrae los músculos
de las comisuras de la boca, y el músculo del estribo que
regula el laberinto. El Oído Electrónico gradualmente
hace que este movimiento hacia delante se vuelva automático.
La articulación comprende la parte anterior
de la lengua. Esto hace que el cantante sienta que su voz se proyecta
hacia delante. El control de la voz es realizado por el oído
derecho. Este ejercicio se facilita utilizando el Oído
Electrónico porque la energía sonora del lado izquierdo
se puede disminuir progresivamente.
La repetición del Canto Gregoriano durante
el entrenamiento Audio-vocal hace que predominen los resonadores
laríngeos superiores. La voz es orientada automáticamente
hacia la cabeza. Para acostumbrar al sujeto a que oriente su voz
correctamente, se le aconseja que "canturee" los ejercicios
vocales durante las primeras sesiones. El cantante debe sentir
que los sonidos que emite se localizan atrás y hacia arriba
de la cabeza; deben hacer que vibre el cráneo. Poco a poco
se le conduce a que abra la boca para formar vocales sin modificar
la calidad de los sonidos que fueron emitidos previamente con
los labios cerrados.
Mientras que el sujeto utiliza su voz fluidamente,
sin interrupciones, en un flujo vocal que se modula por sí
solo en cuanto a la intensidad (creciendo y disminuyendo) y al
tono, se le pide que coloque su lengua de tal manera que siempre
pueda pronunciar el fonema (g) (pronunciado como en la palabra
"guitarra") Esto permite que el sujeto proyecte su voz
empujando la lengua y el labio hacia delante y proyectando la
vocal en la parte anterior de la boca. Para poder identificar
con precisión el fulcrum lingual-palatal del fonema (g),
proporcionamos un diagrama que indica la barrera transversal que
divide la curva de la lengua en dos partes: la anterior, o bucal,
y la posterior o faríngea.
Esencialmente esta acción está dirigida a movilizar
esta barrera hacia adelante para hacer entrar en juego las distintas
cavidades de resonancia que producen las armónicas altas
y enriquecen el timbre. La vocal que se emite bajo estas condiciones
se vuelve más brillante. Esto ilustra la apertura que Tomatis
denominó: "el abanico fonético". La voz
está bien colocada o proyectada, cuando éste abanico,
cuya rama posterior está al nivel de la laringe, hace que
su rama anterior, que es móvil, asuma su posición
más adelantada con el objeto de liberar todas las cavidades
que crean el timbre.
La práctica diaria es indispensable si
se desea lograr una rápida integración de estos
ejercicios de fonación que mejoran el control sensorio-motor
del sujeto.
Ejercicio de Lectura en Voz Alta
Como seguimiento al programa audio-vocal, se
aconseja enfáticamente que el sujeto practique diariamente,
durante un mínimo de media hora, ejercicios de leer en
voz alta mientras que mantiene esta postura audio-vocal. Para
fortalecer su auto-control sobre el lado derecho, deberá
de colocar su mano derecha a unos cuantos centímetros a
la derecha de la boca, como si fuera a leer frente a un micrófono.
Rápidamente se percatará de que en esta posición
la voz "se amplifica", es decir, se vuelve considerablemente
más rica en armónicas altas, más calidad
o más brillante. Así mismo, se dará cuenta
de que mejorará mucho el ritmo del flujo verbal.
El sujeto deberá de perseverar en esta
práctica diaria para superar la dificultad de los primeros
ejercicios, durante los cuales la lectura en voz alta parecerá
aburrida. Frecuentemente, no comprenderá lo que lee; su
mano, colocada sobre el lado derecho de la boca lo molestará
y tendrá una tendencia a la anquilosis (rigidez de las
articulaciones) sin embargo, el sujeto que logre sobreponer las
dificultades iniciales debidas a la resistencia a ser sometido
a un condicionamiento previo, será rápidamente gratificado
por la sensación de dinamismo y el bienestar que genera
este ejercicio. Su deseo de hablar y de cantar se incrementará
en la medida en que mejore su control audio-vocal.