La madre
de Marianne se encontraba en mi oficina. Una vez más estaba
molesta y decepcionada. Dos días antes de finalizar el
período en la escuela, habían sorprendido a Marianne
repartiendo notas entre sus compañeros, con el propósito
de organizar fiestas con niños y alcohol durante las vacaciones.
El director llamó a sus padres con la intención
de expulsarla. ¿Porqué hizo eso, dos días
antes de finalizar el período, si había salido tan
bien durante éste?, preguntó la mamá. "Porque
no quería que la escuela la olvidara", conteste yo.
Marianne
era una gordita y alegre niña adoptada que había
ido al "Listening Centre" anteriormente por problemas
de comportamiento y desajuste social, tales como escaparse de
la escuela, no llegar a su casa por las noches y retar a extraños
en la calle. También había reprobado la mayoría
de las materias de la escuela.
El estilo
ruidoso y desordenado de Marianne marcaba un absoluto contraste
con la manera conservadora y reservada de sus papás adoptivos.
Era claro que intentaba hacer todo lo posible por subrayar la
diferencia. Ambos padres estaban desesperados y el psicólogo
que la recomendó con nosotros, no era optimista en cuanto
al resultado de cualquier terapia con ella. Marianne comenzó
su programa en el Centro durante las vacaciones de verano y yo
recomendé que se le pusiera en el ambiente estructurado
de una escuela-internado. Sabía que alejarse de las tensiones
familiares, ayudaría a Marianne a madurar y encontrar dirección.
Marianne
no estaba convencida de la idea, porque no quería separarse
de sus amigos, pero finalmente aceptó intentarlo. Durante
el primer período, fue mandada dos veces a su casa por
mala conducta, pero, en general, ella sentía que la experiencia
era positiva y sus calificaciones mejoraron. Durante el segundo
período su comportamiento mejoró al punto de que
se le ofreció ir a un viaje, reservado para los estudiantes
mejor portados. Fue unos días después de este viaje,
justo antes del final del semestre, que fue sorprendida con sus
notas de fiestas y amenazada de expulsión por el director
del colegio.
Cuando le
dije a la mamá que, en mi opinión, Marianne se portaba
mal porque no quería que la escuela la olvidara, se acordó
que en el camino de regreso a la escuela el primer día
del segundo semestre, Marianne se había referido a la escuela
como "hogar". Para no ser olvidada y abandonada otra
vez, Marianne tenía que demostrar que todavía era
Marianne buscando el rechazo de un lugar que comenzaba a asimilar
como su nuevo hogar. -Era su manera de llamar la atención-
Afortunadamente, la mamá, preparada por las sesiones en
el Centro, comprendió la situación y no perdió
el control. El incidente fue olvidado y Marianne disfrutó
mucho las vacaciones de Pascua con su familia. Para el fin de
la semana, estaba orgullosa de decir: "Regreso a tiempo en
las noches, a veces antes del límite". ¿No
es cierto mamá? Y la mamá estaba de acuerdo.
La historia
de Marianne muestra dos puntos sobre los que quiero profundizar
en esta presentación y las conclusiones terapéuticas
a las que se puede llegar para un mejor entendimiento del adoptado.
El primer
punto es: que un niño adoptado tiene una historia preadopción;
sin importar que tan pequeño fue adoptado, esta historia
incluye la separación de la madre natural, que es la persona
que estuvo con el niño en los primeros y más críticos
nueve meses de su vida.
El segundo
punto es: que el estado mental y emocional de la madre durante
el embarazo puede influir sobre la manera en que el niño
experimenta la separación. Si la madre no quería
el embarazo o intentó esconderlo, la separación
será vivida por el niño, como abandono o rechazo.
El miedo a ser abandonado o rechazado otra vez puede acompañar
a la gente adoptada por el resto de sus vidas e influir en su
manera de relacionarse con otras personas, en primer lugar con
su madre adoptiva.
La comprensión
de estos dos puntos ayudará a manejar más adecuadamente
la inevitable separación de la madre natural y a preparar
a la madre adoptiva y a la familia para una mejor integración.
Al final, de este trabajo, presentaré como la voz de la
madre adoptiva en el contexto del Método Tomatis de Estimulación
Auditiva, es lo que permitirá que el lazo de unión
entre la madre adoptiva y el niño sea más natural.
EL NACIMIENTO
DEL DESEO DE COMUNICAR
Tomatis (1981)
reporta el caso de un niño adoptivo venezolano, que fue
llevado a París por su madre debido a su dificultad para
comunicarse. El niño era muy introvertido y casi no hablaba.
Después de algunos días de programa, el niño
comenzó a hablar... portugués. La madre adoptiva
estaba sorprendida ya que el niño solo había estado
en contacto con el español. Tomatis concluyó que
la madre natural del niño debió haber sido una mujer
brasileña.
Las manifestaciones de conducta de la memoria prenatal son observadas
a menudo en nuestro trabajo con niños adoptados. Steven,
un niño adoptado por una familia de habla inglesa, vino
al Centro por un historial de problemas de aprendizaje. Después
de algunos días de trabajo con Steven, fue obvio que su
problema era principalmente emocional y motivacional. -Steven
no quería aprender-. Se había convertido en un maestro
para eludir sus responsabilidades haciendo creer a sus maestros
y papás que no era capaz de estudiar. Al preguntarle a
la mamá acerca de los intereses de Steven, ella mencionó
su fascinación por los programas en francés de la
televisión. La madre no podía entender este gusto,
ya que él no había estudiado francés en la
escuela. A petición mía, los padres investigaron
acerca de la madre natural de Steven, y encontraron que ella era
canadiense-francesa. Recomendé que Steven fuera inscrito
en un programa de francés, en la escuela. A pesar de la
nueva dificultad con el francés, la motivación de
Steven aumentó y comenzó a ir bien en la escuela.
El mismo
fenómeno es observado frecuentemente en familias mexicanas
que adoptan niños de familias texanas; he conocido a varios
de ellos y a pesar de su total inmersión en el habla hispana,
(país, familia, colegio) su motivación para hablar
inglés y vivir en E.U.A. es bastante alta; algunos llegan
a odiar su país y su lengua adoptiva.
Estos casos
ilustran lo clave que es la vida prenatal para la adquisición
del idioma. Más importante en este contexto es el eslabón
entre la vida prenatal y el deseo de comunicarse. El primer deseo
del niño venezolano, fue el de hablar la lengua de su madre.
En el caso de Steven su motivación por aprender, apareció
hasta que le fue concedido hacerlo en francés. Los niños
texanos que viven en México quieren hablar en inglés.
Tomatis piensa
que el deseo de comunicarse ocurre prenatalmente y que está
estrechamente ligado al desarrollo del oído. Explica este
fenómeno de la siguiente manera: "Se sabe que el aparato
auditivo esta completamente formado en el quinto mes de gestación,
el oído del feto es bombardeado por los sonidos del cuerpo
de la mamá; el latido del corazón, la respiración
y otros sonidos viscerales, al igual que los sonidos del mismo
feto. En medio de esta mezcla de sonidos hay uno especial que
emerge y va tomando forma de tiempo en tiempo, este sonido es
más claro que todos los demás, es más melodioso:
"Es el sonido de la voz de la madre". En un esfuerzo
por cortar los sonidos de fondo, nos podemos imaginar al feto
haciendo su primer intento de "conectarse" con el sonido
de la voz de su mamá. Esta conexión es el primer
intento de escuchar, el primer paso en la vida hacia salir y comunicarse.
Ya que la voz de la madre es intermitente, se puede asumir que
provoca el primer deseo: oír esta voz de nuevo; Y la primera
gratificación, el placer de percibirlo nuevamente. La repetición
de este proceso crea la necesidad de comunicarse.
RECHAZO
El estado
emocional de la madre embarazada es transmitido al feto de varias
maneras y como hemos visto, según Tomatis la voz es una
de las principales. La apatía, el enojo, la depresión
y el rechazo, son emociones que se reflejan en el tono, fuerza,
timbre y otros componentes de la voz que el feto percibirá.
Estos mensajes influenciarán definitivamente el sentimiento
de ser querido o no, y se quedaran en él para siempre.
El trabajo
de toda la vida de Tomatis sobre la influencia de la vida prenatal
en el deseo del niño para comunicarse, ha sido considerado
por muchos como una hipótesis basada simplemente en anécdotas.
Pero últimamente estudios sistemáticos han producido
evidencias que apoyan aspectos de su hipótesis. Los resultados
del siguiente experimento son particularmente sorprendentes.
Henry David
y un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones
Psiquiátricas de Praga, completaron recientemente un estudio
que duró 20 años, titulado "Nacer no deseado:
efectos en el desarrollo de abortos negados". El propósito
del estudio es comparar 220 niños (110 hombres y 110 mujeres),
nacidos de embarazos no deseados con 220 niños sí
deseados. Los dos grupos fueron escogidos cuidadosamente. El criterio
para determinar si los niños eran o no deseados, era el
hecho de que la madre había solicitado abortar por lo menos
dos veces durante el embarazo. Los niños "sí
deseados" del grupo de control, eran hijos de madres que
habían interrumpido el uso de anticonceptivos con el propósito
de tener un hijo.
Ambos grupos
fueron examinados y entrevistados tres veces, durante su vida,
primero a los nueve años, segundo entre los 14 y 16 y tercero
entre los 21 y 23 años. La primera valoración a
los nueve años, mostró pequeñas diferencias
entre los dos grupos. Por ejemplo: los resultados de los dos grupos,
variaban ligeramente en contra de los niños "no deseados".
Otro descubrimiento interesante fue que los niños "no
deseados", nunca eran seleccionados por ninguno de sus compañeros
como mejores amigos. Estos tendían a ocasionar problemas,
según los padres y maestros; y tenían problemas
de adaptación.
En la segunda
valoración, entre los 14 y 16 años, la diferencia
en el desempeño escolar de los dos grupos aumentó
significativamente. Los "no deseados", tendían
a sacar peores calificaciones y habían sido enviados a
programas de orientación y psicológicos mucho más
frecuentemente que los otros. Un dato muy interesante en el desarrollo
de esta investigación, fue el hecho, de que los niños
no deseados, percibían que sus madres mostraban menos interés
maternal en ellos.
En la tercera
valoración, 21 a 23 años, la diferencia entre los
dos grupos siguió aumentando. Los "no deseados",
estaban menos satisfechos en sus trabajos, tenían problemas
con sus jefes y no estaban contentos con sus relaciones personales.
Los jóvenes de este grupo tenían más de una
pareja sexual y eran más propensos a las drogas y al alcohol
y la mayoría de ellos recibían tratamiento psicológico.
En este grupo, el índice de divorcios fue dos veces mayor
que en el otro. También reportaron estar insatisfechos
con su propio estado mental. La conclusión de Henry David
fue que "los embarazos no deseados tienen un efecto perjudicial
en el desarrollo psicosocial de los niños".
Este estudio
nos ayuda a comprender mejor algunos de los problemas que se observan
en personas adoptadas. Las estadísticas tomadas del "Listening
Centre" de Toronto sobre una población de 400 niños
que han ido al Centro, indican que el 21% del total fueron niños
adoptados. Este resultado es dos veces y medio más alto
que la proporción de niños adoptados en la población
de Ontario (cerca del 8%)
De cualquier
manera, la idea de que un niño adoptado, es un niño
no deseado, no debe generalizarse. Hay algunas mamás que
aceptan y disfrutan su embarazo aunque después hayan dado
al niño en adopción. En algunos casos, la adopción,
se decide en la última etapa del embarazo o después
de dar a luz. Los niños son dados en adopción generalmente
por razones culturales y/o económicas. Estas razones pueden
ser ajenas a la relación madre-hijo, es decir, que no necesariamente
afectan la manera en que una madre vive su embarazo y el amor
y cariño que le transmite al niño durante el mismo.
Basándome
en mi experiencia con cientos de personas adoptadas, creo que
el adoptado que fue "deseado" vivirá su vida
sin experimentar ningún problema psicológico serio.
Existen personas así.
Además,
los resultados del estudio de Henry David pueden ser atribuidos
a factores sumados al embarazo no deseado. Un niño que
no es deseado antes de nacer es casi seguro que no será
deseado después, ya que el contexto familiar, no ha cambiado.
En el caso del niño adoptado, el niño puede no ser
deseado antes de nacer, pero seguramente será muy deseado
por los padres adoptivos. El amor y el cariño de los padres
adoptivos pueden en algunos casos ayudar mucho al niño
a curar sus heridas tempranas. Sin embargo existen otros casos
en los que afecto genuino y amor no son suficientes.
Hemos encontrado
que la gente adoptada que solicita nuestra ayuda, presenta en
mayor o menor grado algunas de las siguientes características:
- Sensación
de vacío interno
- Ajuste social muy difícil
- Dificultad para relacionarse con la madre adoptiva
- Problemas constantes con figuras de autoridad
- Falta de cercanía física y emocional
Todas estas
características tienen en común una relación
ambivalente con su madre, es decir el niño llama la atención
de la madre, de tal manera que ésta reacciona negativamente,
en otras palabras, el niño le "pide" a la mamá
que lo rechace una y otra vez. Esta actitud es dirigida en un
principio a la madre, pero más tarde afecta a los hermanos
particularmente si estos son naturales y/o más chicos.
Después, en la pubertad, estos problemas del hogar se extienden
a la escuela, y al entorno social, como se observó en el
caso de Marianne y más tarde, en la vida, pueden afectar
su relación íntima y laboral.
AYUDANDO A
LA MAMA ADOPTIVA
Como hemos
visto, la primera dificultad de comunicación del niño
adoptivo se manifiesta en la relación con su madre, por
lo que recomendamos que ésta, acuda al Centro para el "Programa
para Padres" y a recibir ayuda y orientación. También
invitamos al papá a éstas sesiones, ya que además
de que ambos necesitan entender a su hijo, la madre en especial
requiere de todo el apoyo del padre adoptivo para poder cambiar
su respuesta hacia el niño.
Invariablemente,
la madre comienza explicando a través de muchos ejemplos
que su hijo la trata mal, le hace la vida difícil, no la
respeta, no la quiere. "Este niño me odia", comentó
una de ellas y habló de su malestar y arrepentimiento diciendo:
"Me siento muy mal después, pero no puedo hacer nada,
me hace ponerme furiosa cada vez". Este sentimiento de culpa,
es respaldado muchas veces por la idea de que al no haber podido
tener hijos, tal vez yo no debería haber adoptado hijos".
Mi respuesta a este problema es: "No eres tú a quien
el niño quiere rechazar, sino a través de ti, a
la persona por quien se siente abandonado o sea que tú
no tienes porque sentirte mal ni culpable". Esta frase tiene
un impacto muy fuerte en la madre adoptiva, porque cae en la cuenta
de lo que realmente está sucediendo.
Después
continúo con el siguiente paso: "Hay algo en tu hijo
que le duele y tú eres la persona en quien más puede
confiar ya que no hay palabras para explicar memorias tan tempranas,
la manera de expresar su dolor se traduce en ser una molestia
para todos, pero en especial para ti".
Cuando la
mamá adoptiva comprende que el comportamiento de rechazo-acercamiento
de su hijo es, de hecho, su manera de buscar su amor, su papel
y propósito como madre cambia radicalmente la "odiada
y rechazada" madre se convierte en la cura, para el niño,
-en la persona que hace que su dolor disminuya-. Recordarle a
la madre que no tome las actitudes negativas de su hijo a nivel
personal, va a ser el tema principal de las sesiones de consulta
de los padres durante el Método Tomatis.
Esta forma
de ver el problema entre la madre y el hijo adoptivo, se convierte
en un descubrimiento para ambos y por lo general marca el inicio
de una nueva relación. Además, ya que la madre también
se involucra en el tratamiento, el hijo ve que no es él
solamente el centro de atención y que además sus
padres están dispuestos a todo, porque lo quieren.
LLENANDO EL
VACIO
Para ser
efectivo, el tratamiento con el niño adoptado, debe enfocarse
hacia el centro de su problema: el sentimiento de vacío.
Con base
en sus investigaciones, sobre la percepción de la voz de
la madre por el feto y su influencia definitiva en el establecimiento
de la comunicación, Tomatis hace una grabación de
la voz materna, como parte del tratamiento terapéutico
de Estimulación Auditiva conocido como "Método
Tomatis".
La percepción
prenatal del sonido a través del líquido amniótico
es simulada por filtros electrónicos, que eliminan las
bajas y medianas frecuencias de la voz. Solo los sonidos de alta
frecuencia se mantienen. Los niños piensan a menudo que
los "ruiditos" son abejas y mosquitos. Con tanta filtración
es difícil distinguir si el sonido es una voz, más
difícil aún, reconocer de quién es. El contenido
lingüístico es ininteligible. La voz de la madre es
transmitida a través de un aparato electrónico conocido
como "oído electrónico" y llega al niño
a través de audífonos especiales.
Los resultados
obtenidos con la voz de la madre, varían de persona a persona
pero se pueden identificar patrones muy definidos. Durante los
primeros días de escucha el niño tiende a portarse
más difícil y con frecuencia adopta la postura fetal,
empieza a recordar situaciones y personas de sus primeros años,
habla como bebé y se chupa el dedo. También se notan
cambios en los hábitos de dormir y en la calidad del sueño.
El niño se vuelve física y después verbalmente
más afectivo. Poco a poco hay un aumento en su necesidad
de comunicación. Se vuelve más curioso, hace más
preguntas, es más observador y expresa más elaboradamente
lo que siente y lo que piensa. Los maestros observan que se vuelve
más participativo y tiene una actitud más positiva
hacia el aprendizaje. En casa se vuelve más autosuficiente
e independiente. Los cambios en adultos son más sutiles,
por lo general comentan estar más calmados, contentos,
con más energía y se organizan mejor.
Para hacer
que el tratamiento sea efectivo, la pregunta que surge con niños
adoptados es ¿Qué usar en lugar de la voz de la
mamá? Por mucho tiempo, usábamos grabaciones de
música de Mozart filtrada de la misma manera que la voz
de la mamá. Los resultados fueron satisfactorios pero no
se mejoraba el sentido de vacío.
En los años
siguientes, decidimos usar la voz de la mamá adoptiva a
través del filtro, los resultados han sido, en su mayoría,
muy buenos, prácticamente iguales a los cambios observados
con la voz de la madre natural. El hecho de que el niño
se vuelva más afectivo con la madre adoptiva es muy alentador
para ella.
Su relación "fluye" mejor, se convierte en más
natural. Después del programa Tomatis usando la voz de
la madre adoptiva, Marianne disfrutó mucho las vacaciones
con su familia, estaba ansiosa por complacer a sus padres. No
todos los problemas de Marianne fueron resueltos. Su comportamiento
de atención-rechazo seguía activo a ratos, pero
ahora le era posible dialogar con sus padres. Por lo tanto el
círculo vicioso de falta de comunicación entre ella
y sus padres se había roto al fin y se daba cada vez menos
esa situación.
Un adulto
adoptado que vino a uno de los Centros con problemas de alcoholismo
y adicción a las drogas, habló de su experiencia
con estas palabras: "Se siente como si tuvieras un vacío
dentro, que nunca pudieras llenar. El programa es lo que más
lo ha llenado".
¿QUÉ
MAS SE PUEDE HACER?
Hoy en día
en que los legisladores en el mundo comienzan a pensar que la
adopción puede ser una alternativa para el aborto, es imperativo
considerar el impacto emocional que tendrá en el niño
el cambio de la madre natural, a la familia adoptiva. Se deben
tomar medidas preventivas para aminorar o borrar el riesgo del
"complejo de rechazo" del niño adoptado.
Debemos considerar
como necesarios dos niveles de intervención para ayudar
al niño adoptado: primero con la madre, en el momento en
que decida dar a su hijo en adopción y segundo con los
futuros padres adoptivos.
En el primer
caso hay que hacer consciente a la madre, que piensa dar a su
hijo en adopción de que el feto, puede percibir su voz
y que puede ayudar al futuro de su hijo si le canta y le habla.
Un asunto más delicado, pero ideal, sería obtener
una grabación de su voz. Se le puede asegurar el anonimato
total si se filtra la misma en el momento de la grabación.
La grabación irreconocible sería parte del archivo
del niño por si se necesitara a futuro.
Por otro
lado, la ayuda proporcionada a los padres adoptivos, tiene que
incluir un entendimiento del hecho de que el niño, aunque
haya sido adoptado a temprana edad, ya llevó una vida completa
- prenatal y perinatal-. La futura familia debe también
comprender el mecanismo de atención-rechazo que se presenta
continuamente en los niños adoptados para poder evitar
el círculo vicioso de conflicto.
La vida existe
antes del nacimiento, aceptar esta realidad abre considerablemente
el entendimiento de la psicología y de nuevas soluciones
terapéuticas. Este trabajo es para enfatizar que estas
soluciones, también pueden ser aplicables a aquellos que
hayan sido separados de sus raíces prenatales, ya que les
ayudará a establecer una comunicación más
positiva consigo mismo y con los demás.
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